¿QUÉ SON LAS IMPERFECCIONES Y CÓMO UNA RUTINA PUEDE AYUDAR?

Sabemos que elementos externos que se encuentran en nuestro entorno tienen el potencial de influir en el futuro de nuestra piel.

• Estos factores ambientales, como la contaminación del aire y el humo del tabaco, pueden parecer los culpables más obvios del empeoramiento de las imperfecciones, pero es importante no subestimar la influencia que el estrés tiene en la salud de nuestra piel.
• Como el órgano más grande del cuerpo, la piel desempeña un papel clave a la hora de protegernos de bacterias y elementos externos perjudiciales, convirtiéndola en un buen indicador del estado de nuestra salud general.
• Lamentablemente, el estrés tiene una gran influencia en el comportamiento de la piel. En concreto, algunos estudios han relacionado los niveles elevados de estrés con el empeoramiento de imperfecciones en la piel.[1]

• Cuando se trata de controlar el estrés, la terapeuta especializada en relajación Nathalie Saulnier afirma que es importante saber distinguir entre el estrés externo, como la ansiedad vinculada al trabajo o la presión relacionada con la vida familiar o doméstica, y el estrés interno, que es a menudo resultado de una falta de autoestima o una incapacidad percibida de alcanzar los objetivos.
• Si sientes ansiedad en el trabajo o en casa, echa un vistazo a los consejos expertos de Nathalie sobre cómo reducir la sensación de estrés. Las imperfecciones puede afectar considerablemente a la imagen que tenemos de nosotros mismos, sobre todo durante brotes recurrentes o persistentes. Esto crea un círculo vicioso: cuanto más visibles sean las imperfecciones, más probable es que nuestra autoestima se vea afectada, provocando un mayor estrés interno ya que los brotes siguen apareciendo. En otras palabras, es importante que tomes medidas para tratar el estrés relacionado con la piel cuando aparezca, como un paso complementario de tu tratamiento anti imperfecciones.

Fuentes:

[1] G. Yosipovitch, M. Tang, A.G. Dawn, M. Chen, C.L. Goh, Y. Huak, L. Seng, ‘Study of psychological stress, sebum production and acne vulgaris in adolescents’ in Acta Derm Venereol (2007) 87 (2), pp. 135-9.