Las saunas son famosos por sus supuestas habilidades desintoxicantes a partir de la sudoración de la piel. Hoy revisamos si realmente son buenos para tu dermis.
¿Cómo afectan las saunas a la piel?
Los estudios sugieren que la sudoración inducida parece ser un método potencial para la eliminación de muchos elementos tóxicos del cuerpo humano. La sauna utiliza calor seco y baja humedad para elevar la temperatura de una habitación; por el contrario, las salas de vapor funcionan a temperaturas más bajas, pero con un 100% de humedad. Ambos se utilizan para provocar la sudoración.
Sin embargo, el efecto de secado de las saunas puede causar un efecto de picazón en pieles sensibles. Al ingresar a una sauna, la temperatura de la piel aumenta, el pulso se dispara y los vasos sanguíneos se dilatan a medida que el corazón comienza a bombear más sangre, lo que provoca que la persona sude y aumente el flujo sanguíneo a la piel. La temperatura interna provoca una dilatación de los capilares que aumenta la circulación sanguínea, lo que hace que la mayoría de los tipos de piel se pongan colorados. Este aumento en la circulación sanguínea aumenta los niveles de oxígeno, lo cual es bueno para la piel ya que estimula las capacidades de curación naturales del cuerpo.
¿Qué tipos de piel pueden o no ir a las saunas?
Los estudios han demostrado que las saunas no causan el secado de la piel; sin embargo, la sudoración posterior a su uso puede actuar como un estimulante negativo para algunos tipos de piel. Por lo tanto, no existe una recomendación general que aplique a todas las pieles.
Las saunas provocan la hidratación del estrato córneo (las capas más externas de la piel), lo que puede ser beneficioso para quienes padecen psoriasis, afección que generalmente se asocia a piel seca. Para las personas propensas al acné, la sudoración provoca una disminución en el contenido de sebo en la superficie, lo que puede ser positivo ya que los brotes y el acné a menudo se asocian con un exceso de producción de sebo.
Por otro lado, las saunas deben ser evitados por quienes sufren de dermatitis atópica, también conocida como eccema, ya que se considera que la sudoración es uno de los desencadenantes más comunes de la picazón. El calor de la sauna puede hacer que la urticaria colinérgica se inflame, una erupción a veces conocida como golpes de calor. Las personas que sufren de rosácea (zonas coloradas) y aquellas propensas al melasma (parches de color marrón oscuro) también deben evitarlos porque el calor puede aumentar la posibilidad de que la decoloración sea más prominente, a medida que se inflama la piel y se despiertan las células de melanina.
Ya conoces todos los detalles de la sauna, toma los recaudos necesarios y ten en cuenta las recomendaciones de los expertos.