Arrugas, manchas, líneas de expresión… Le damos una mirada al factor de protección solar (SPF) y te contamos por qué es crucial para combatir los signos de envejecimiento.
¿Por qué el SPF es tan importante?
Ya lo hemos dicho: usar diariamente protección solar para la prevención de los rayos UV es uno de los mejores hábitos que puedes tener para tu piel y así evitar el envejecimiento prematuro. Junto a la polución ambiental, el estrés y la mala alimentación, los daños provocados por el son son la principal causa del deterioro cutáneo, que es el responsable de la aparición de arrugas, manchas oscuras e hiperpigmentación.
Exponerse a los rayos del sol es esencial y saludable para tus huesos, pero es importante asegurarse de no someter a tu piel a una radiación innecesaria. Tan sólo con 2 o 3 dosis de sol en el lapso de una semana es suficiente para darle a tu organismo lo que precisa. Así es como se mantienen estables las reservas de Vitamina D y, al proteger nuestra piel con el SPF correcto, podemos asegurarnos de preservar nuestra salud a largo plazo.
Elegir el SPF adecuado
Generalmente el SPF15 es suficiente para usarlo a lo largo del año, aunque es importante tener en cuenta el clima en el que te encuentras durante el período del verano. ¿Hay mucho sol donde vives? ¿Puedes resguardarte fácilmente a la sombra cuando hay altas temperaturas?
Las mujeres con tez muy clara deben optar por un factor superior a 50 para todo su cuerpo, mientras que las pieles mixtas pueden usar SPF30. Incluso las pieles oscuras tienen que usar un SPF entre 10 y 15 durante un día de verano. Es por esto que debes asegurarte de que tus cremas para el día o base de maquillaje contengan el factor de protección adecuado. Dependiendo del nivel de exposición y desgaste, tienes que volver a aplicarte el producto de manera regular a lo largo del día.
Si decides aplicarte protector solar independientemente de tus cremas para piel o maquillaje, debes ser especialmente cuidadosa con las áreas delicadas - como la zona de la nariz, párpados y ojeras – debido a que son las más vulnerables y primeras en recibir los rayos solares. Por último, asegúrate de chequear que tu protector sea suficientemente resistente tanto los rayos de largo alcance como también a los de corto (UBV). Aunque pueda parecer sorprendente, no todos los protectores bloquean los rayos UVA, que son los principales causantes del fotoenvejecimiento.
Ahora sí, ¡comienza a proteger tu piel hoy mismo!