El contouring es una tendencia furor en el mundo, que juega con luces y sombras para destacar lo que nos gusta o disimular imperfecciones del rostro. Te contamos cómo preparar la piel y qué tener en cuenta a la hora de realizarlo.
Esta técnica se basa en resaltar y atenuar zonas claves de la cara. Lo primero que debes hacer es reconocer tus facciones, analizar y definir estratégicamente qué es lo que quieres resaltar. En definitiva, lo primero es conocer tu rostro.
1. Limpieza:
No debes olvidar de tener un rostro limpio y una piel libre de impurezas antes de aplicar el maquillaje. Si es necesario, hazte una exfoliación leve para eliminar cualquier imperfección y desbloquear los poros obstruidos.
2. Hidratación:
Usa una crema ligera, como la BB Cream. Si quieres un acabado aún más perfecto y una mayor duración, aplica también base de tipo primer para preparar la piel.
3. Base:
Elige una ligera para poder manipularla fácilmente y no tener una capa espesa en la cual trabajar. Asegúrate de emparejar el tono y neutralizar cualquier tipo de mancha.
4. Maquillaje:
Lo ideal es usar un stick. Si no lo tienes, elige una sombra o rubor más oscuro que la base para oscurecer las áreas indicadas. Debes aplicarlo en forma de V, justo debajo de los pómulos. Simula estar silbando para determinar la zona específica.
Marca también la mandíbula, el contorno alto de la frente y los laterales de la cara a la altura de las orejas. Con los dedos o menor cantidad de producto, aplica sobre el tabique en dirección hacia la frente, justo encima de las cejas. Haz lo mismo en las comisuras de los labios.
Ahora es el turno de la iluminación. Básicamente debes contrarrestar en las mismas áreas en las que usaste la oscuridad. Mezcla y difumina gentilmente ambos tonos hasta emparejarlos y hacerlos uno solo.
Para finalizar, puedes usar polvos translúcidos o un blush para fijar el trabajo. ¡Listo! Ahora puedes lucir un rostro más afinado en cuestión de minutos.